octubre 05, 2007

Primera Escalada 1905 Vía Pidal-Cainejo (Norte)




VÍDEOS


Guay, ¿eh?

Hector supera la llambrialina, en el segundo largo de la Pidal-Cainejo en la cara norte del picu Urriellu. El dia 19 de julio de 2008


Disfrutando de las vistas en la cara norte del picu Urriellu. Via Pidal-Cainejo, por encima de la primera panza de burra.



 La "familia Vinagrera" escala la Pidal



Agosto de 2012. David, Fran y Eduardo. Desde Madrid, Tauste y Gallur.



Y un poco de HISTORIA sobre esta vía...

La conquista del Naranjo tuvo algo de hecho legendario. ¿Subir al Naranjo de Bulnes? –escribe don Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa de Asturias, su conquistador– ¡Qué hazaña de alpinista más grande!».
Pero a don Pedro le atormentaba que aquella hazaña no la realizara un español: «Qué idea me formaría de mí mismo y de mis compatriotas si un día llegase a mis oídos la noticia de que unos alpinistas extranjeros habían tremolado, con sus personas, la bandera de su patria sobre la cumbre virgen del Naranjo de Bulnes, en España, en Asturias y en mi cazadero favorito de robezos?...»
Para evitar esto, se preparó concienzudamente: compró en Londres la mejor cuerda que pudo encontrar, y de allí se fue a Chamonix para entrenarse, haciendo la ascensión de la Aguja de Dru, risco de 3.775 metros sobre el Mar de Hielo. Al Naranjo, según Saint-Saud y Labrouche, que también veían las estrías anaranjadas de su roca caliza, le dan 2.515, pero sus dificultades no son menores que si midiera mil y pico metros más.

Don Pedro, en su escalada, llevó como guía a Gregorio Pérez, el «Cainejo», un «hombre fornido, cazador eterno de robezos, que vive en la peña mientras las nieves no le arrojan al valle»: un típico «hombre gamuza», un auténtico natural de Caín, ese pueblo hundido en lo más profundo de la sima, en el que según don Alejandro Pidal, el padre de don Pedro, «no se puede entrar ni salir».

Ambos iniciaron su excursión a comienzos de agosto de 1904, partiendo de Bulnes: «Bulnes –escribe don Pedro–, aldea de pastores y, cazadores de robezos, es el pueblecillo de Asturias que más se arrima al corazón de los Picos de Europa», y añade: «Está encajonado entre murallas de piedra, y sólo al Este se perciben las praderías que dan lugar a la canal de Camburero. Entrad por esa canal endiablada, sin sendero alguno, y al cabo de un par de horas de marcha os encontraréis con una peña colosal, tallada a pico por sus cuatro costados. Esa peña, el más célebre pico de los Picos de Europa, es el Naranjo de Bulnes».

La noche del día 4 de agosto de 1904, don Pedro y el «Cainejo» durmieron, «al par de unas cabras», al final de la canal de Camburero. Al amanecer del día 5 salieron en dirección al pico y almorzaron junto a una fuente que nace en sus estribaciones. La ascensión fue accidentada, pero lograron coronar la cumbre. Desde ella, don Pedro, tan aficionado a la efusión lírica, contempló un paisaje sin igual: «El paisaje que divisábamos no era otro que el corazón de los Picos de Europa, visto en medio de ellos: glaciares, neveros, peñascales, torres, tiros, agujas, desfiladeros, vertientes, pedrizas, pozos, robezos empingorotados en alguna punta, o manadas de ellos paciendo a nuestros pies en el valle desierto, en la olla profunda, en el hoyo inmenso, tranquilo y solitario; algunos Picos perdiéndose en las nubes, rebasándolas otros, y en todas partes el abismo, el precipicio, encarcelándonos en aquella roca encantada que había sido virgen por los siglos... Allí nos quedamos absortos, contemplando un paisaje tan vasto, tan original y tan a lo Gustavo Doré, sin exageración alguna; y allí hubiéramos estado largo rato si el tiempo no nos apremiase para una bajada, como todas, harto más difícil que la subida, y para la construcción de torres o señales que dieran testimonio de haber estado allá arriba».


En la "Llambrialina"
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Paso superior de la Pidal

Según el Conde de Saint-Saud también dejaron en la cumbre otras huellas de su paso: dos botellas de vino, una de ellas vacía, y en su interior, la tarjeta de don Pedro. El 18 de julio de 1907 se reunieron Aymar de Saint-Saud, don Pedro Pidal, y el doctor Gustav Schulze, el segundo en escalar el Naranjo y, el primero en hacerlo en solitario, en la Fonda de Velarde, en Bustio, en el límite entre Asturias y Santander, a la orilla del Cares-Deva. Y cuenta Saint-Saud en su libro «Por los Picos de Europa»: «Schulze nos contó cómo había subido al Picu. En la cima del Naranjo de Bulnes encontró dos botellas, una con una tarjeta de visita y otra con vino. En la tarjeta, que era del Marqués de Villaviciosa, se leía que el vino era para el primero que consiguiera una nueva escalada. El doctor bebió unos tragos y trasvasó el resto a su cantimplora. El Marqués confirmó que él mismo había subido una de las botellas, y Gregorio la segunda. Para celebrar su victoria, bebieron una y dejaron la otra para su sucesor. Schulze agradeció a don Pedro el vino y, sacando de su cartera la tarjeta de visita, se la devolvió a don Pedro, quien, sorprendido, apenas pudo contener su emoción».
Todavía don Pedro recuperaría otro objeto que había dejado en el monte: un trozo de la cuerda que había adquirido en Londres y que se había visto obligado a abandonar durante el descenso. Un joven pastor de Camarmeña, Víctor Martínez Mier, al culminar el Pico en solitario el 31 de agosto de 1916, recuperó el trozo de cuerda y fue a llevárselo a don Pedro Pidal, quien le recompensó espléndidamente.
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& Véase Foto-Croquis de la Pidal (Vía número 2) en la entrada de Hermanos Regil, en este blog.

& Foto-reportaje de Francisco Ballesteros; con fundamento.

& Foto-escalada de la Pidal, Eneas en Foropicos

& Foto-escalada de la Pidal, Torres en Foropicos

& Y al final, pero la referencia con más fundamento: Guías del Picu
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NUEVO LIBRO

El abogado asturiano y montañero Francisco Ballesteros presentó ayer [junio 2008] su último libro «La vía Pidal del Naranjo de Bulnes» en el que por medio de investigación documental y de campo descubre el recorrido que hicieron a la emblemática montaña asturiana don Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, y el pastor cabraliego Gregorio Pérez «Cainejo» en 1904.
«A base de varias subidas, y de la mano de Luis Rubio, Nesi Redondo o Fernando Calvo, hemos estudiado toda la pared y ha quedado totalmente definida cuál es la vía Pidal, no con hipótesis, porque he sido muy riguroso en atenernos a lo que hicieron los pioneros de la ruta», afirmó Ballesteros, durante la presentación de su obra en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, en la que también participaron Juan Carrio, de Editorial Laria, y el alpinista Alfredo Íñiguez.
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