julio 11, 2008

Vivencias en Solitario 1986


Oeste nocturna
Ref: Mr A5

Vivencias en solitario (ED, V+/A3), abierta en solitario en invierno por Fernando Ruiz en marzo de 1986, tras doce días en la pared.



Fernando Ruiz en la vía Mediterráneo
Ref: Colección Isidoro Rodriguez Cubillas


"Una vía del Naranjo que me ha marcado profundamente y que algún día terminaré es Vivencias en Solitario, esa gran vía de Fernando Ruiz que es un misterio. Que lleva veinte años sin repetición. Que nadie puede con ella. Soy el único que ha hecho el cuarto largo; no se ha llegado más arriba. Es una línea cojonuda porque si hay problemas puedes rapelar por la misma vía".
Ref: El Paca


CROQUIS

Ref: Luichy

DESCRIPCIÓN

Se supera la lastra Ifach por el medio de la misma (IV/A1/V).
El segundo largo (IV/A1/A3+/V) asciende entre las vías Mediterráneo y Murciana hasta el montaje del rápel de la segunda reunión de esta.
El tercer largo permite alcanzar una laja denominada Laja del Niño, encima de la cual se monta la reunión (IV/A2/A3+).
Tres largos de cuerda (A2/V, V/A2, AD/V/A1/IV) -en el quinto se pasa verticalmente sobre la horizontal travesía Fer de la vía Marejada Fuerza 6- permiten alcanzar una oquedad llamada Nicho Meón por el primer ascensionista.
Los largos séptimo y octavo (V/A2/A3/V, A1/A2/V) nos sitúan encima del Gran Diedro.
A partir de aquí se continúa a la derecha de la Mediterráneo, para cruzarla un poco más arriba y seguir por su izquierda hasta la cima en cuatro largos de cuerda (A2+/V, A2+/IV/A2, V/A2/IV, IV).
Casi todas las reuniones están equipadas con dos espits o buriles.
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Ref: Isidoro Rodriguez Cubillas Naranjo de Bulnes: Un siglo de Escaladas.


Nombres a reseñar para la historia
..."Además de tantas personas cuyos nombres aparecen en estas crónicas unidas indefectiblemente al Naranjo de Bulnes, no podemos olvidar otros nombres muy significativos en la historia del Picu Urriellu como: Fernando Ruiz, quien abrió la ruta Vivencias en Solitario en invierno de 1986, completamente solo, colgado durante varias noches de la vertical pared oeste. Esteban Vicente, que realizó la primera invernal en solitario de la pared oeste en febrero de 1976. María del Carmen Suárez y Jaime Álvarez, quienes en los años 60 efectuaron diversas escaladas en el Naranjo, realizando la primera invernal de la sur directa en compañía de Epifanio Gonzalo, de Bulnes, en enero de 1964. Jesús Gálvez, que culminó en unión de Bohórquez la vía del Pilar Cantábrico, así como otras nuevas rutas a la montaña. Teógenes Díaz, el histórico escalador madrileño, Andrés Espinosa, el alpinista vasco que escalara en solitario el Naranjo en 1929. José María Regil, autor de la vía Regil junto a su hermano Andrés y protagonista de la primera repetición de la pared oeste. Pep Masip y Silvia Vidal, aperturistas de la vía Tramuntana. Carlos Suárez, brillante escalador solitario de vías de extrema dificultad del Naranjo, que descendió desde la cima en un parapente pilotado por Laureano Casado. Erik Pérez, guía y universitario; al cierre de estas páginas habrá ascendido unas 200 veces la montaña asturiana. Daniel Robles, que realizó cuatro vías del Naranjo en solitario, una por cada vertiente: Leiva, Cepeda, Pidal y Sur, Eneko Pou y otros muchos escaladores que han preferido no dejar constancia de sus hechos admirables.

Esta lista de personas y personajes vinculados estrechamente a la historia del Naranjo deberá ser muy larga. Sólo el paso de los años la completará.

Y así, lo que este modesto cronista no ha sido capaz de terminar, lo hará el tiempo, que nunca se equivoca".
Ref:


Ref: Colección Isidoro Rodriguez Cubillas

Fernando Ruiz, nació en Miranda de Ebro, Burgos, en 1962. Destacado alpinista solitario, con la segunda mundial invernal solitaria a la Francesa de la cara sur del Aconcagua, donde sufre serias congelaciones. Es un ejemplo de recuperación humana y, a la vez, de entrega a la montaña. Su primer hito lo marca con la repetición en condiciones invernales y en solitario del Pilar del Cantábrico a la oeste del Naranjo (marzo 1985). Abre solo Vivencias en Solitario a la misma pared en el invierno siguiente (12/27-3-1986), con climatología muy adversa.
En Alpes, es la primera nacional en solitario a la Arista Sur de la Aiguille Noire en 7 h, utilizando la cuerda sólo en dos rápeles y en un tramo de 5 metros bajo la Punta Bich (2-8-1985). Ese verano, con el mexicano Carlos Carsolio (entonces sólo con el Nanga Parbat), efectúa la Walker a las Grandes Jorasses y la Bonatti al Grand Capucin; y, con el canario Antonio Ramos, la Contamine a las Petites Jorasses en 4 h; y la Directa americana al Dru en 12 h. Por último, pierde 19 dedos en mayor o menor longitud por congelación en su invernal solitaria a la Sur del Aconcagua (8/13-9-1986), sin apoyo técnico ni radio.
Ha sido distinguido como mejor deportista de Burgos y de Castilla y León en 1987.
Tras un largo periodo recuperándose con neuroestimulador, reemprende su actividad, con realizaciones como el Espolón de los Franceses a Peña Vieja en solitario o, en Riglos, Vixente Iñuxente y La fiesta de los bíceps. Así, en 1991, encadena en 5 días consecutivos Sagitario, Leiva, Directísima, Esto no es Hawai que Guay y Mediterráneo, en la oeste del Naranjo. En 1992, en Alpes, repite de nuevo en 12 h la Directa americana, así como el Espolón Frendo a la Aiguille du Midi. En 1993 escala en solo integral la Sur Directa a Torre Santa de Castilla y la arista Cabrones-Torre Cerredo, ambas en Picos de Europa. En agosto de 1995, abre Entre el cielo y la tierra (380 m, V/A2) en la Torre Santa de Castilla con Felipe Artíguez. En 1996, en invierno, recorre el Couloir de Gaube.
Ref: Desnivel

José Ramón Morandeira, médico y alpinista, sufrió un día en sus propias carnes la congelación. Forma parte del servicio de neurología del Clínico de Zaragoza, al igual que Ricardo Arregui. Ambos habían estudiado el tema de las congelaciones y tratado a algún alpinista hasta que un día llegó al hospital Fernando Ruiz, procedente de Chamonix (Francia), donde le habían realizado 19 amputaciones en los dedos de las manos y los pies. "No podía caminar del dolor que tenía", explica Ramón Morandeira. "Nosotros habíamos utilizado una técnica para otro tipo de enfermos y pensamos que podría ser buena para las congelaciones. Se lo propusimos y nos dijo que adelante. A los 15 días ya estaba en casa, y ese verano fue guía de montaña en los Picos de Europa. Fue el principio".

La clave del tratamiento radica en la implantación al paciente de un estimulador, un aparato generador eléctrico de alta tecnología, que produce corriente continua y va conectado a un electrodo de cuatro polos. Está implantado dentro de la columna y pegado a las estructuras que rodean la médula. Produce un campo magnético que ocasiona una serie de beneficios al enfermo como la disminución del dolor y la mejora de la microcirculación de la extremidad afectada.
Ref: El País
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