Zunbeltz, pared nocturna
La «Zunbeltz» es una de esas vías que tiene un carácter especial. En tres ataques fue abierta por Antxon Alonso (Mogollón), Juan Antonio Olarra y Aitor Fernández. Era 1989 cuando este trío creaba una sobresaliente ruta en plena cara oeste del Picu Urriellu. Artificial en su conjunto, con una graduación máxima de A4. Una línea con solera y de referencia en el muro si tenemos en cuenta la época de la apertura.
Con el tiempo, la «Zunbeltz» tomó un protagonismo especial de la mano de los hermanos Eneko e Iker Pou. Metidos de lleno en su proyecto «7 paredes 7 continentes», los Pou quisieron ser partícipes también de la historia de la vía presentando su objetivo de escalarla en libre. Dicho y hecho, hace nada más y nada menos que 10 años, el menor de los hermanos, Iker, ponía el punto rojo a la ruta proponiendo un grado de 8b+.
Casi 24 años más tarde, la «Zunbeltz» ha recibido un «lavado de cara». Nos referimos al reequipamiento que ha recibido su recorrido. Uno de sus aperturistas, Fernández, explica las razones de esta idea: «Con el cambio de siglo, la escalada en pared ha evolucionado tremendamente y las rutas clásicas se van forzando en libre. Me comentan de que los Pou quieren liberarla, y automáticamente me acuerdo de aquél buril que petó Olarra con solo colgarse. Y pienso en cómo puede estar el resto con el paso de los años. Quizás haya que reequipar, aunque solo sea las reuniones».
Así comienzan a dar forma a la idea de la restauración. Pero no va a resultar tan fácil: «Yo me encargaría de hablar con Olarra, y él ponerse en contacto con los Pou a los que debe conocer. El caso es que a Olarra lo mantienen en prisión y pasa un tiempo hasta que consigo ir a verle a París. Mi compañero deja en mis manos la idea del reequipamiento, aunque piensa también que no es cuestión de que se mate nadie. Al final, sin ponernos en contacto, ellos repiten la vía a su «manera». Justo hace un año decidimos finalmente reequiparla. Una divertida aventura que hará que los siguientes repetidores lo agradezcan».
Zunbeltz, desplome
La apertura se trabajó durante dos semanas de dura y dificil escalada invernal, tanto en artificial como en libre, alternando la faena en tandas de tres días. Zunbeltz se desarrolla por la parte izquierda del desplome de la Bermella durante 320 metros de escalada de extrema dificultad y compromiso hasta unirse al Pilar del Cantábrico.
Mikel Valles en repetición invernal 2006
Ref:
Alvarito en repetición invernal 2006
Ref:
Zunbeltz, perfil
VÍDEO
Repetición invernal 2.006, parte I
VÍDEO
Repetición invernal 2.006, parte II
VÍDEO
Repetición invernal 2.006, parte III
CROQUIS
Ref: Luichy
Ref: Mikel Valles
"Atención en el 4º largo, porque creo que la via va tiesa y nosotros nos fuimos pa la izquierda al ver la reu de paraboles, pero creo que esa pertenece a la variante que hicieron los Pou, porque de frente la roca es bastante mala".
DESCRIPCIÓN
Extremadamente Dificil, A4. 320 metros de escalada, fundamentalmente artificial, hasta enlazar con la vía Pilar del Cantábrico.
Se inicia a unos veinte metros a la izquierda del Pilar del Cantábrico y se une a este itinerario después de superar ocho largos de cuerda:
1er Largo: A1/A1+
Durante el reequipamiento, primer largo.
2º Largo: V/A2
Detalle de equipamiento restauración
2º largo durante el reequipamiento
3er Largo: A3/A2+
Comenzando 3er largo durante el reequipamiento
4º Largo: A2/A2+
Durante el reequipamiento, reuniones 3ª y 4ª
Durante el reequipamiento, en 4º largo
5º Largo: A3+/A4
Durante el reequipamiento, en 5º Largo
Durante el reequipamiento, remontando petates
Durante el reequipamiento, remontando a Vivac
6º Largo: A2
Durante el reequipamiento, Vivac de la 5ª reunión
Durante el reequipamiento, Vivac y 6º largo (techito)
Durante el reequipamiento, 6º largo, por encima del Vivac
7º Largo: A2
8º Largo: A2/V
A partir de aquí sigue otros tres largos por el Pilar del Cantábrico, hasta el enlace de esta vía con la clásica Rabadá-Navarro, por la que se continúa hasta la cumbre.
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Ref: Isidoro Rodriguez Cubillas Naranjo de Bulnes: Un siglo de Escaladas.
ZUNBELTZ, LIBERADA POR LOS HERMANOS POU
Naranjo, noroeste
Ref: epueopuntocom
“Lo que sí queremos destacar, ante todo, es que no estamos abriendo una vía de deportiva en el naranjo. Esta es una pared mítica, y sus vías son intocables, no vamos a tocar nada , ni mucho menos a facilitar la ascensión. Los largos, en libre , son muy expuestos, y la progresión trabajosa. Para liberar el tercer largo, la única opción será ascenderlo con estribos, asegurarse a la reunión, volver a bajar, y subirlo de nuevo por la variante en libre. Lo que estamos haciendo aquí es forzar en libre una gran vía de escalada alpina. Y la idea es que, a quien quiera repetirla, que le cueste lo mismo que a nosotros. Estamos decididos a respetar al máximo la vía original y, si en algún punto no podemos forzar en libre por el mismo recorrido de la Zunbeltz original, buscamos una variante que esté lo más alejada posible de la línea trazada por los aperturistas, para dejar clara la diferenciación”.
Ref: Eneko Pou
Desplome de la Bermeja
Ref: epueopuntocom
“Subimos a Vega Urriellu el miércoles –día 8 de octubre- por la tarde, con mal tiempo pero con buena previsión para el jueves. Y, efectivamente, el jueves amaneció despejado… pero cuando salimos del refugio el termómetro marcaba cero grados. Fuimos retrasando el momento de enfrentarnos a la pared helada (la vía tiene orientación noroeste y no le ha dado el sol en los últimos dos meses), pero a las doce del mediodía la temperatura sólo había subido cinco grados, así que hubo que echarle valor… y mucha ropa, para que Iker se lanzase a por el primer largo. En esas condiciones, no hubo más remedio que escalar con gorro, pantalones dobles, varios forros polares… dificultades añadidas a una vía ya de por sí bastante dura”.
“Pese al exceso de ropa y el frío, el primer largo sale a la primera.
Zunbeltz, Iker preparando la liberación
NO así el segundo, en el que Iker, aterido de frío, se cae en el primer intento. Juramentos varios y cierto mal rollo; pero al segundo intento, pasa el largo que, recordemos, era un 8b+.
Zumbeltz, ¡Aprieta Iker!
El tercero también sale a la primera.
Eneko llegando a la 4ª reunión
Empezamos a recuperar el optimismo; esto marcha pero que muy bien; sólo quedan dos para la hamaca. Además, el cuarto largo esta, relativamente, bastante burilado. Pues bien, precisamente entonces, Iker se cae. Y se cae de la peor forma posible. Justo cuando tiene el último buril muy cerca del pie, con lo que la fuerza de la caída lo hace saltar. El cuerpo de Iker se voltea y cae de cabeza, para pegar un vuelo y chocar de forma salvaje contra la pared, pegando primero con la nuca, y luego con el resto del cuerpo. Me quedo helado, desde la reunión, veinte metros por debajo de donde ha quedado colgando, le llamo. No me contesta. Nuestros amigos, que nos acompañaban, no se atreven a decir una palabra. No se como describir la tensión, ya no piensas que no vayas a hacer la vía, piensas si no vas a tener que llamar a un helicóptero.
Mala caída de Iker Pou
Al cabo de unos minutos reacciona, dice que está bien, pero también grita de dolor. Le bajo a la reunión. Bebe agua y se recupera un poco. Y entonces hablarle de volver al largo, seguir adelante y sacarlo. Para mí, sinceramente, esa es la diferencia entre un escalador normal y un gran escalador. Sabe que nos jugamos mucho, que el tiempo está ya muy mal, y que no tendremos más ocasiones de subir esta pared en este invierno, así que se impone la cabeza fría, y el no dejar que el miedo y la tensión te puedan. Empieza a subir, y sencillamente saca el largo. Pero, desde luego, cuando decíamos que la vía es expuesta y peligrosa, no hablábamos en vano. De verdad, me llevé un susto de muerte”.
“Eso sí, es terminar ese cuarto largo, llegar a la reunión yo, y se hace de noche. Por eso debemos ascender la distancia correspondiente al quinto largo, que deja en la hamaca, por la cuerda fija que tenemos instalada: habrá que hacerlo a la mañana siguiente”.
Zunbeltz, hamaca
“Al llegar a la hamaca, nos percatamos de otro problema: llevaba diez días montada, sufriendo los estragos del mal tiempo y el viento (nuestro error fue que la dejamos montada pensando que volveríamos pronto, pero el mal tiempo nos lo impediría). Imaginaos la situación: estábamos reventados, Iker dolorido y agotado por la tensión, aquello está muy extraplomado y lo único que quieres es descansar un poco… pues no; nos tiramos dos horas, hasta las once de la noche, colgados del arnés tratando de poner en pie la hamaca destrozada. Seguimos improvisando juramentos varios. Cuando al fin lo conseguimos nos sentamos en ella, pero nos quedamos bien asegurados a la pared, porque ninguno de nosotros apuesta a que la estructura aguante toda la noche. En un último esfuerzo sacamos los sacos de pluma… empapados! Esa la era la última miseria que nos faltaba por soportar. ¿Y si nos bajamos? Lo pensamos, hay que tomar una decisión. Las cosas están muy en contra, estamos mal, hace mucho frío… pero la previsión de la ‘meteo’ es buena, y esta tal vez sea la última ocasión del año para intentarlo. Haciendo un enorme sacrificio, nos cubrimos de pluma empapada”.
“Tras una noche indescriptible, sin descansar, helados, mojados y casi hundidos en la miseria, amanece… por fin. No estamos precisamente motivados, y no podemos pensar en empezar con el largo que nos dejamos ayer, un A4 que hay que liberar. Iker tiene la caída en la mente y el cuerpo magullado.
Así que decidimos empezar ‘calentando’ con el largo siguiente, el sexto, que es el que ‘parte’ de la hamaca, de 7c. Lo hacemos los dos y, sin parar, seguimos con el séptimo, que sale también. Así al menos hemos vencido el frío de las primeras horas, hemos hecho dos largos más, y podemos descender por la cuerda fija con algo más de ánimo.
Zunbeltz, atacando el 6º largo
El quinto largo también sale, aunque las horas van pasando. Nos queda el último largo de Zunbeltz (el resto hasta la cumbre forma parte del Pilar del Cantábrico y de la Rabadá-navarro). Pero estamos muy cansados, y la tensión es tremenda: ese largo tiene un solo buril! Con dificultades de 6b, 6c, pero asegurado sólo a base de microfriends y similares, no permite un solo error. Iker se pone a ello… y lo termina. La Zunbeltz esta conseguida. Y nosotros estamos rotos. Volvemos a la hamaca.
Podríamos haber bajado, pero queremos terminar la actividad en la cumbre, así que optamos por pasar otra noche. Al menos, pudimos dejar los sacos estirados y se han secado. También tenemos algo de agua. Pero no queda casi comida (no habíamos calculado esa noche extra). Cuando, hurgando en un petate, encontramos una lata de paté que no recordábamos cómo había llegado allí, nos llevamos una alegría increíble, vaya regalo!”
A las nueve de la mañana del sábado comenzamos a jumarear Zunbeltz. Creemos que a las once de la mañana estaremos en la cima. Qué optimistas!” Apenas podemos escalar, estamos los dos más allá del agotamiento. Yo nunca he escalado de primero en un estado ‘tan espeso’. Utilizamos el escape en vez de los largos del ‘Pilar’. Pero finalmente, desde el último pico de la Rabadá, vemos a nuestros amigos que nos están esperando en la cumbre: Javier Baraiazarra, Miguel, Aintxane Aizpiolea y Pedro Udaondo. Por cierto, para nosotros es un honor que Pedro, uno de los grandes escaladores del país Vasco, quisiera estar allí con nosotros, en la que fue su ascensión número 119 al Urriellu (entre otras, abriendo vías tan conocidas como la Cepeda). Cuando al fin llegamos arriba eran las tres de la tarde”.
Iker y Eneko salen de la tapia
“El descenso fue muy rápido. Lo justo para bajar, recoger, pasar por el refugio y volver a Arenas de Cabrales. Y comernos un solomillo al cabrales, que para eso está la grastronomía local, y para eso nos lo habíamos ganado de sobra. No te imaginas lo que es ponerte delante de un solomillo después de una escalada así. La última jornada de escalada solo pudimos compartir un te a la mañana, un kit-kat y una lata de red-bull. No quedaba nada más”.
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Referencia de las fotos: pouanaiak.com
& Véase relato de los preparativos para la liberación en septiembre 2003
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