septiembre 27, 2008
Cumpleaños Bulnesland
Atardece en el Naranjo desde el Pozo de la Oración
Hoy hace exactamente un año que comencé el blog de Bulnesland.
Ayer, como por arte de magia, completé la página de Lurgorri, la última vía abierta hasta ahora en el Naranjo, y con ello la última página de Bulnesland.
Después de un regreso a la escalada pedrizera, abandonada durante largos años, un paseo veraniego por Urriello volvió a insuflar en mí la admiración y el deseo que el Naranjo había despertado cuando apenas veinteañero, a principios de los 80, caminé hasta el viejo refugio con una pesada mochila por la Canal de Camburero; en solitario hasta que bajo un laberinto de bloques de caliza, ya cerca de la Vega de Urriello, conocí a un jóven catalán que también solo subía con el mismo propósito que yo: escalar la Sur. El tiempo y la suerte nos acompañó y la entonces radiante cima nos hermanó para siempre. He olvidado tu nombre, pero no tu sonrisa, y tu acento catalán.
Al año siguiente, en una moto cargada como un mulo, que quedó aparcada en las Invernales del Texu, volví a acercarme al Picu por las entonces peligrosas traviesas de Collado Vallejo, antes de que se abriera el actual camino. Una paisana mayor, toda de negro, por la Terenosa, se me quedó mirando y se rió ante mis pintas: "Esi chalecu non ye tuyu, ¿eh?"
¡Cómo iba a ser "mío" ese chaleco negro, puesto encima de un polo de manga larga a rayas horizontales amarillas y azules! Pero para mí era el colmo de lo friki.
De nuevo la suerte me sonrió y en compañía de unos gallegos que escalaban como motos, conseguí hacer la Capricho de Venus. "Cromagnon", así apodado por su parecido con un hombre primitivo, silencioso pero con un corazón como una plaza de toros, me aseguraba con firmeza mientras yo escalaba la última placa difícil, tan difícil para mí que prácticamente iba llorando de rabia para no caerme.
Poco más cuenta en mi historial alrededor del Naranjo, pero el deseo y la admiración al Picu y sus gentes son todavía mayores, ya pasada la raya de mis cincuenta.
Este propósito me ha alentado durante este año de ir formando Bulnesland, reorganizando materiales dispersos por Internet, para ofrecer una imagen plástica más completa de todas sus vías de escalada; y ponerlo a disposición de la comunidad de escaladores.
Enhorabuena y Gracias a todos cuantos dais vida al Naranjo.
Con ello también me dais vida a mí.
Hasta la vista,
Fernando